Tres conceptos de reflexión

Tres interesantes parábolas/conceptos que he leído esta semana y que me han hecho reflexionar sobre lo mucho que podemos hacer en estos “interesantes” momentos que estamos viviendo.

Los dos primeros vienen del Blog de Jorge Segado. Podría contar muchas cosas de Jorge, pero es mejor mirar su perfil y leer su blog. Me tomo la libertad de copiar y pegar parte del texto que escribió en este post de su blog.

La historia de la rana hervida: si se echa una rana a una olla con agua hirviendo, ésta salta inmediatamente hacia afuera y consigue escapar de la olla sin haberse quemado. En cambio, si inicialmente en la olla ponemos agua a temperatura ambiente y echamos una rana, ésta se queda dentro de la olla. Pero si, a continuación, comenzamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona bruscamente sino que se va acomodando a la nueva temperatura del agua hasta perder el sentido y, finalmente, morir hervida.

Como bien comenta Jorge, periódicamente debemos pararnos a reflexionar y mirar a nuestro alrededor para ver qué está pasando. Si vamos en el buen sentido, si merece la pena lo que estamos haciendo. Quizá estemos aguantando una posición, o manteniendo una situación que no merece le pena y estemos perdiendo un tiempo muy valioso para reaccionar. Quizá cuando decidamos reaccionar ya no podamos porque estamos exhaustos.

Quemar las naves: Un general chino fue contra un emperador y pidió a sus tropas que quemaran las naves para que nadie tuviera la tentación de regresar. La única forma de volver era luchar contra la odiada dinastía. (La anécdota, también la he oído atribuida a Hernán Cortés).

Una lección muy cierta… a veces nos dispersamos tanto que estamos a todo y a nada. Es necesario centrarnos en lo que hacemos y cortar otras opciones. Nos convertimos en expertos de todo, pero al final somos expertos en nada. Muy buena lección.

La ultima historia viene del Blog Directivos de España. Esta firmado por Rafael Arnau y cita como funete a Elisa Alonsótegui.

El vendedor de bocadillos: Ocurrió en 1.929, en 1.970, ocurre hoy, y ocurrirá en…

Erase una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera, donde vendía bocadillos. Era sordo y por lo tanto no escuchaba la radio; no veía muy bien y en consecuencia no leía los periódicos y, prácticamente, no veía la televisión. Pero, eso si, vendía buenos bocadillos.

 Arrendó un trozo de terreno, levantó un gran letrero en él y pregonaba su mercancía gritando a todo pulmón: – ¡Compre deliciosos bocadillos calientes!.

 La gente compraba. Aumentó sus adquisiciones de pan y carnes. Compró una parada mayor para poder ocuparse mejor de su negocio y tanto trabajo tenía, que mandó recado a su hijo para que regresara de la universidad donde estudiaba ciencias mercantiles y le ayudara.

Pero entonces ocurrió algo importante; su hijo le dijo: – Papá, ¿no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves el telediario?, estamos atravesando una gran crisis. La situación está francamente mal, no podría ser peor.El padre pensó: mi hijo está en la universidad, lee los periódicos, escucha la radio y ve la televisión. Debe saber lo que se habla.

 Así que compró menos pan y menos carne, desmontó el letrero, dejó el arrendamiento de terreno para eliminar gastos y ya no pregonaba sus bocadillos y sus ventas fueron disminuyendo de día en día.

– Tenías razón, hijo, le dijo al muchacho: verdaderamente estamos atravesando una gran crisis.

La moraleja es que si nos dejamos influenciar demasiado por lo que pasa a nuestro alrededor, nunca llegaremos a nada.. y es posible que nosotros mismos nos convenzamos de que no hay alternativas.

Tres interesantes conceptos para la vuelta de septiembre, verdad?

Un comentario sobre “Tres conceptos de reflexión

  1. José Carlos, la última historia me recuerda algo que un comerciante catalán le dijo a un amigo mío: «si el negocio va mal, no hagas tu puerta más pequeña». Un abrazo y gracias por leerme. Lo de tomar prestado parte de mi post es un honor.

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